El CEO de Airbnb piensa que el servicio tiene problemas, pero la empresa es tan grande que hacer cambios importantes es difícil
En 2008 Airbnb surgió como una alternativa para el alojamiento turístico. A través de esta plataforma, los viajeros alrededor del mundo comenzaron a tener la oportunidad de conseguir un hospedaje “lo más parecido a su hogar”. Hoy, ha evolucionado a tal grado que ni sus fundadores se encuentran satisfechos.
Ante la gravedad del creciente asunto, Brian Chesky, CEO y cofundador de Airbnb, admitió en una entrevista con Bloomberg realizada en 2022 que la empresa perdió su esencia original. Según sus palabras, Airbnb “fue diseñada para una empresa mucho más pequeña que creció rápidamente… [el servicio] está roto”.
Lo que comenzó como una opción de compartir espacios se transformó en un negocio multimillonario. Debido a que este modelo encontró una gran cantidad de países sin legislaciones que se adaptaran a una nueva forma de hospedaje, y de paso el impacto de la misma, numerosos propietarios comenzaron a alquilar propiedades completas. Su propósito: obtener altos ingresos.
Aunque Chesky ha instado a los anfitriones a reducir sus tarifas, solucionar este problema llevará tiempo. A resumidas cuentas, la compañía se convirtió en un factor clave en el aumento de los precios de la vivienda.
Pero ¿qué dicen los números? Según un estudio de la Universidad de Barcelona, se analizó el impacto de Airbnb en una ciudad caracterizada por el turismo masivo, precisamente, como Barcelona.
Los resultados mostraron que la actividad de la plataforma elevó las rentas en un 1.9%, los precios de transacción en un 4.6% y los precios publicados en un 3.7%. Este incremento generó un impacto significativo en el mercado de alquiler local, con un aumento promedio del 7% en los precios de los apartamentos.
Por otro lado, en México este tema se ha acrecentado poco a poco después de la pandemia. Tal es el caso de la capital mexicana que ha llegado a cuestiones como el desalojo de residentes o cierres de inmuebles completos. Como recaba la página Observatorio Global de Alquileres Temporales, se encuentran el Edificio Trevi y Liverpool 9 en las colonias Centro y Juárez, respectivamente, como ejemplo del daño colateral de las rentas breves.
De igual manera se menciona que tan solo en la alcaldía Cuauhtémoc, se han perdido 336 viviendas destinadas al alquiler tradicional, que ahora están dedicadas al alquiler a corto plazo. Y si se le suma una “espinita” más, esto ha generado otro inconveniente para la población local: la llegada de los nómadas digitales.
Tan solo en 2022, se vio un incremento del 36% en emisiones de tarjetas para residentes extranjeros temporales, recoge la BBC. Cabe recalcar que personas de origen estadounidense representaron el 19.5% de dicho trámite.
Ahora bien, 2024 se perfila como un año difícil para Airbnb, ya que un número creciente de ciudades comenzó a restringir el alojamiento turístico en un esfuerzo por frenar el aumento de los precios de la vivienda y garantizar su accesibilidad para los residentes locales.
A pesar de ello, Biran Chesky insiste en que el objetivo de la empresa no es competir con el mercado de alquileres tradicionales, sino con los hoteles. El cofundador de la compañía subraya la necesidad de que los precios en la plataforma sean competitivos frente a los hoteles, y propone dotar a los anfitriones de herramientas para ajustar sus tarifas con base en los precios de donde se sitúen.
“Muchas personas conocieron nuestro servicio desde la perspectiva de los precios. Cuanto más asequibles son los Airbnb, más reservas obtenemos”.
Brian Chesky en entrevista para Bloomberg .
Aunque Airbnb mantiene una posición atractiva por sus precios, convencer a los anfitriones de que reduzcan sus tarifas representa un gran desafío. Para muchos propietarios, la plataforma representa una fuente de ingresos demasiado lucrativa como para abandonarla.
Esta ventaja competitiva pone en evidencia las dificultades del objetivo de Brian Chesky de ajustar los precios en la plataforma. Para los anfitriones que disfrutan de una ubicación estratégica, reducir sus tarifas no resulta atractivo, ya que ello implica sacrificar beneficios en un negocio con alta demanda.