Busca y Encontrarás: Elegir Ministros, Magistrados y Jueces, por parte del pueblo es delito contra natura, decretan los Dioses de la Corte
Por Mario Aurelio Rodríguez Uresti/Kriptón.mx
Cómo se atreve el pueblo a creer que puede elegir impartidores de justicia. Al pueblo siempre le restan capacidades. Al campesino, al obrero, al empleado, a la ama de casa, al profesionista, siempre le piensan ignorante. Al elector de a pie le quieren poner tutor.
Cómo se atrevió el pueblo, solo 36 millones de mexicanos, a dar el sí a Senadores y Diputados de la alianza ¨Sigamos Haciendo Historia¨, para que reformaran la Constitución y usted, yo, aquel, el, nosotros, tengamos derecho a votar, si los Señores de Olimpo Judicial dicen que NO.
Hoy en día elegimos Presidentes Municipales, Gobernadores, Presidentes de la República, Diputados y Senadores. Pero, resulta, qué para elegir Jueces, Magistrados y Ministros, el pueblo es infante; incluso, para algunos, los menos afortunadamente, el pueblo es incapaz.
La Constitución de 1857 estableció la elección popular como procedimiento para nombrar los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. En ese entonces, como ahora, hay quienes se oponen a que el pueblo vote y elija a la autoridad jurisdiccional.
Emilio Rabasa cuestionó esta forma de elección, igual que algunos en esta etapa. El pueblo fue a la urna, año1867, designo figuras prominentes, que hicieron historia como un Ignacio L. Vallarta, José María Iglesias, Sebastián Lerdo de Tejada, León Guzmán, José María Castillo Velasco, Ignacio Mariscal. Luego, entonces es mediocre y hasta perverso, reitero, el etiquetar al pueblo de infante e incapaz y, suponiendo sin conceder, si así fuera, se olvida que a esta población se le debe conceder un derecho reforzado, A SU FAVOR.
El mensaje de aquellos que hablan, desde su privilegio (Jueces, Magistrados, Ministros), se aleja de la fe y la esperanza. Dicen que solo ellos tiene la potestad, porque conocen el derecho especializado, ese casi divino y metafísico, arte sagrado otorgado por arcanos mayores, pero no se atreven a tocar su Templo Interior, a bajar de su nube celestial y enseñar al pueblo en esa escuela hermética y cabalística que dicen, es el UNIVERSO DE LAS LEYES.
Entre supuestos ciegos, el actual Ministro quiere ser el Rey. Un Rey que pasa sobre mandato constitucional y soberanía popular. Este Rey olvida que los Estados Unidos Mexicanos, es un Estado democrático constitucional, donde se reconoce el derecho de usted, yo, el, aquel, nosotros a participar y decidir en los asuntos públicos, entre otros el de elegir a nuestros gobernantes (entiéndase los 3 poderes constitucionales).