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Los árboles hablan el idioma de la luz

Los árboles hablan el idioma de la luz

 Por Didier Armas/Kriptón.mx

Bajo la sombra de un árbol bhodi Siddhartha Gautama alcanzó las cuatro nobles verdades. Bajo la sombra de un árbol neem Octavio Paz profirió sus votos sagrados a su esposa Tramini. Al pie de un árbol liquidámbar Juan Villoro depositó las cenizas de su padre Luis Villoro. En la copa del árbol Yggdrasil se encuentra el Vallhalla donde valientes guerreros beben hidromiel insaciablemente. Al costado de un ahuehuete en la noche del treinta de junio de 1520 Hernán Cortez yacía en inconsolable llanto por la derrota. Recargado en un manzano Isaac Newton formuló el principio de la Ley de la gravitación universal.
El árbol ha servido de escenario a leyendas y alegorías, bajo su sombra –paradójicamente- se alcanzaron iluminaciones y descubrimientos, es uno de los pulmones del planeta y la mansión de las aves, el interior de un tronco es un libro de historia, en sus anillos se observan los acontecimientos climáticos. Clavado al suelo por sus ganchos terrosos vive en la quietud, es su certeza, su ley, y es esta discreción la que magnifica las cualidades del hombre, cede su pardo cuerpo a la meditación o bien a consolar a los abatidos de Eros. De su corazón de madera brotan resinas y gomas por si no fuera bastante, ¿y qué es lo que pide a cambio un árbol? Lo más común pero preciado: agua, y claro, un clima benevolente. Es humilde con sus requisitos de vida, pero sus aspiraciones no lo son, crece siempre hacia arriba, como queriendo alcanzar su tierra natal, el cielo, pero sabiamente no desprende sus raíces en el proceso, mantiene a toda costa su origen, incluso las secuoyas más elongadas saben detener su crecimiento si la altura representa un peligro a su agarre.
Estas criaturas vegetales hablan el idioma de la luz y algunas ramas florecen en agradecimiento al sol (es por el himno del sol que toda flor iza su gama de tonos), es la fortaleza de la luminosidad en el éxtasis de los fotones, y es el expuesto estómago de las hojas el que retoma la energía. Son organismos tan distantes al hombre, y aun así protectores con nosotros, no, con la vida en general, guardianes de la atmósfera.

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