HISTORIA Y RESPUESTA: De cómo Moctezuma dejaba que sus concubinas se acariciaran entre si mientras el andaba meditabundo
Por Miguel Ángel Aguilar/Kriptón.mx
Los aztecas tenían la mala fama de haberse aposentado en el grandioso cerro de Chapultepec por mas de 40 años y con la mofa de ser rateros, una tribu chichimeca sin educación y dedicada a los desmanes y al adulterio, las borracheras y la burla de las naciones tepanecas y tlatelolcas.
Los aztecas admiraban por demás a los toltecas, los consideraban dioses artistas donde bullían las ciudades mágicas del maíz y las hortalizas gigantes, el agua azul y el cisne de fuego, pero aún estaban lejos de parecerse a ellos-habían desaparecido cientos de años antes de su llegada o mezclados en otros pueblos lejos de sus majestuosos monumentos- pues sin declinar a ser fuertes, tenían por rutina andar entre pantanos y cazando ranas y culebras para alimentarse.
Hubo una reconversión total gracias a su espíritu guerrero sacerdotal.
Su príncipe chichimeca y guía hierático el sabio Tenoch fue quien dirigió a los aztecas durante los primeros pasos para la ocupación de las islas del asombroso valle de México y las cuales a base de mucho empeño y de diques y de la asesoría del gran arquitecto e ingeniero poeta Netzahualcóyotl con sus andenes lograban separar las pequeñas ciudades y luego aglutinarlas con el grito de guerra “México” que fue cuña para vencer a los rabiosos tepanecas.
Hernán Cortés siempre veía asombrado como los aztecas tenían sus casas unidas por puentes movibles y los defensores de la ciudad en el peligroso sitio los quitaban con rapidez lo que hacían que muchos españoles cayeran en hondos lagos perdiendo la vida o heridos.
Los aztecas fueron ganando espacio a base de mucho trabajo y firmeza en sus decisiones. Hacia el año 1370 el rey Acamapichtli fue elegido por sus dotes de guerrero y artista por la nobleza indígena de castas que se habían ganado con su paciencia el don de mando y de atravesar los peligros y entonces logró sentar las bases para que se erigiera una de las ciudades flotantes mas increíbles de la humanidad y que fue admirada en sus relatos a través de los siglos por los pueblos del mundo.
Aquellos llanos cubiertos de zarzales y de lagunas de lodo, luego de mucho aprendizaje y sufrimientos, pronto sería unas de las grandes sedes de los imperios indígenas donde el oro y la plata y las piedras preciosas abundaban como de fantasía y lo que hizo que las economías del mundo dieran un vuelco histórico sin precedentes en su turbia historia.
Así como el gran Moctezuma tenía a diario el servicio de más de 300 platillos diferentes para degustarlos, disponía de cientos de hermosas indígenas para su satisfacción sexual y dado que a muchas no las atendía por andar meditabundo y apanicado “dejaba que entre ellas se acariciaran para mitigar el olvido o el aburrimiento”; su rango militar era del Rey Tlatoani, fuerte, digno en carnes, fino y semidios, hacia rituales frecuentes para saber qué pasaría con su destino y el de su trágico episodio al frente de los guerreros aztecas.