CARTAPACIO: VENENO Y CONTRAVENENO
Por Raúl Ruiz/Kriptón.mx
La confrontación entre los intelectuales orgánicos.
Este tema es continuación del anterior trabajo que les traje a la mesa titulado: MINORÍAS DIRIGENTES.
Resulta que hubo más de tres lectores interesados, y me piden que explique con más detenimiento el concepto de HEGEMONÍA y el quehacer de los famosos INTELECTUALES ORGÁNICOS.
Si tienes diez minutos para gastar en esta lectura, me honras con tu atención y no te defraudaré.
Ahí va el rollo.
LOS INTELECTUALES ORGÁNICOS, son un concepto concebido por el pensador italiano, Antonio Gramsci.
Él dice que son individuos que emergen de una clase social específica y, a través de sus actividades, ayudan a difundir la visión del mundo de esa clase, haciéndola parecer como la visión universal, o sentido común.
Es una talacha muy pesada pues hay que perforar el coco de la masa, y depositar en su inconsciente, temas que a la larga se transformarán en postulados y muchas veces, dogmas.
Es un lavado de cerebro muy cabrón que toca las fibras más sensibles del individuo, hasta que, ya dominado, pasa a ser parte de la gelatinosa argamasa llamada HEGEMONÍA.
En lugar de ser una figura aislada, el intelectual orgánico está íntimamente ligado a su clase, trabajando para generar consenso y legitimidad para sus intereses.
Intelectuales orgánicos y hegemonía.
• Gramsci sostiene que cada clase social emergente genera sus propios intelectuales orgánicos.
• Estos no son pensadores aislados, sino actores que articulan la visión del mundo de su clase, organizan el consenso y ejercen funciones de dirección cultural y política.
Este jale, lo realizaron los intelectuales orgánicos al servicio de AMLO, y concibieron un engendro llamado LA CUARTA TRANSFORMACIÓN.
En México los intelectuales orgánicos de la oposición, aún no alcanzan categoría de pensadores organizados.
Por eso se les dificulta contrarrestar el avance de la alienación morenaca.
Aún no descubren el concepto… CONTRAHEGEMONÍA.
La hegemonía y la contrahegemonía en el pensamiento de Antonio Gramsci son dos pilares fundamentales para entender cómo se construyen, disputan y transforman los órdenes sociales y culturales.
Gramsci no se limita a ver el poder como mera coerción; lo concibe como una relación compleja entre fuerza y consenso, donde la hegemonía es una forma de liderazgo cultural, político e ideológico que se ejerce mediante el consentimiento de los dominados.
Hegemonía: conducción cultural e ideológica
• Origen etimológico: del griego eghesthai, que significa “conducir” o “guiar”.
• Más allá de la dominación: no se basa en la imposición directa, sino en la capacidad de una clase social para presentar sus intereses como universales y legítimos.
(generalmente había sido la burguesía, ahora la perrada les arrebató el discurso)
• Bloque histórico: la hegemonía se sostiene en una alianza entre fuerzas sociales, articuladas por una visión del mundo que se vuelve “sentido común”.
• Intelectuales orgánicos: figuras clave que ayudan a difundir y consolidar esta visión, conectando la estructura económica con la superestructura cultural.
Contrahegemonía: resistencia y construcción alternativa.
• Respuesta dialéctica: es el proceso mediante el cual los grupos subalternos disputan el sentido común dominante, proponiendo nuevas narrativas, valores y formas de organización.
• Guerra de posiciones: en lugar de confrontaciones directas, se trata de una lucha prolongada en el terreno cultural e ideológico, donde se busca erosionar la hegemonía existente.
Y no es con golpeteo sistemático colmado de ficción como se logra penetrar.
• Nuevo príncipe:
Gramsci el partido político revolucionario actúe como un “nuevo príncipe”, capaz de articular una contrahegemonía que transforme el Estado y la sociedad.
Aplicaciones contemporáneas
• En América Latina, la contrahegemonía ha sido clave en movimientos sociales que desafían narrativas neoliberales, patriarcales o coloniales.
Él fenómeno de AMLO, es un ejemplo de ello.
• La hegemonía no es estática: se transforma, se disputa, y puede ser reconfigurada por nuevas fuerzas emergentes, como los movimientos indígenas, feministas o ecologistas.
En el marco de CJTOWN esta dialéctica gramsciana puede ser una herramienta poderosa para analizar cómo los monopolios semánticos consolidan su poder y cómo se puede articular una resistencia ética y cultural desde los márgenes.
Los monopolios semánticos no sólo controlan el lenguaje, sino que moldean la realidad misma al definir qué puede ser dicho, pensado y sentido.
En ese sentido, su poder no es meramente lingüístico, sino ontológico.
Vamos a desmenuzar esta dinámica y explorar cómo desde los márgenes puede emerger una resistencia ética y cultural con fuerza transformadora.
¿Cómo consolidan su poder los monopolios semánticos?
Los monopolios semánticos operan como estructuras de poder que controlan el significado de palabras clave en el discurso público.
Su consolidación se da a través de varios mecanismos:
• Normalización del discurso dominante: Al repetir ciertas narrativas en medios, educación y política, convierten sus significados en “sentido común”.
Ejemplo: “la corrupción se barre como las escaleras… De arriba hacia abajo.”
• Neutralización de la crítica: Como señala Brinkman-Clark, la operación crítica es vista como una amenaza en las democracias modernas, y por ello se neutraliza mediante la industria cultural.
Específicamente a su análisis sobre la “crisis de la crítica” en las democracias modernas.
Su investigación se centra en cómo el “monopolio cultural” afecta la capacidad de la sociedad para ejercer una crítica efectiva.
Brinkman-Clark examina si la operación crítica, entendida como la capacidad de cuestionar y analizar críticamente la realidad, se ve amenazada o incluso neutralizada en las democracias actuales.
Su trabajo sugiere que existe una tensión entre el discurso ilustrado y el populista, y que este último puede estar desafiando la forma tradicional en que se entiende la razón y el consenso en la esfera pública.
Como ha sido el caso del discurso populista de la 4T.
Auto-censura como éxito democrático: El monopolio semántico triunfa cuando la censura se internaliza, convirtiéndose en auto-censura.
Así, el sujeto ya no necesita ser silenciado: se silencia a sí mismo.
• Desactivación de significados alternativos: No basta con imponer términos; también se reconfiguran o vacían los significados que podrían empoderar al adversario.
• Consenso como estrategia de dominación: El mercado y los medios liman las asperezas del discurso para evitar divisiones, excluyendo todo lo que pueda ser objeto de crítica.
Mi opinión es, que viendo las cosas como están, los adversarios de la 4T, tardarán décadas en contrarrestar la alienación de la perrada.
¿Cómo resistir éticamente desde los márgenes?
La resistencia no se da en el centro del poder, sino en los bordes, en los intersticios donde el monopolio semántico aún no se ha colonizado por completo.
Algunas estrategias clave:
1. Reapropiación semántica
• Redefinir términos que han sido capturados por el discurso dominante.
Ejemplo: resignificar “seguridad” como -cuidado comunitario- en lugar de vigilancia estatal.
EL CONTRAVENENO
Narrativas de contrahegemonía
• Articular relatos que desafíen el monopolio semántico.
Desde los márgenes, los movimientos sociales, las comunidades indígenas, los colectivos feministas y disidentes crean lenguajes alternativos que desestabilizan el centro.
Ironía y humor como armas semánticas.
• El uso de la ironía, que en mi caso es cortesía de la casa, permite subvertir el discurso dominante sin confrontarlo directamente.
Es una forma de guerra semántica que erosiona el poder desde dentro.
Intelectuales orgánicos marginales.
• No desde la academia institucionalizada, sino desde la experiencia vivida, emergen voces que articulan saberes desde la periferia, desafiando la legitimidad del monopolio.
¿Y si la resistencia no busca destruir, sino metamorfosear?
Aquí entra el concepto de HYBRIS como estructura narrativa.
Reconocer la arrogancia del monopolio semántico no para vengarse, sino para transformarlo éticamente.
La resistencia desde los márgenes no es sólo oposición: es creación, es semilla de otro mundo posible.
Ya me voy, entre más le busco, más le encuentro.
Lo dejaré de este tamaño por si hay que preguntas.