Identifican a la víctima asesinada en casa de Gustavo Cerati
En Argentina, una vivienda ubicada junto a la que habitó Gustavo Cerati a inicios de los 2000 se ha convertido en el epicentro de una escalofriante investigación.
Apenas hace unos días, las autoridades confirmaron que los restos humanos encontrados en mayo de este año pertenecían a Diego Fernández Lima, un joven de 16 años cuya desaparición fue denunciada por su familia en 1984.
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El hallazgo reavivó viejos recuerdos y estremeció a quienes lo conocieron en vida. Fue gracias al testimonio de alguien que convivió con él en aquella época que la investigación dio un giro crucial, apuntando a Norberto Cristian Graf, hoy de 56 años, como principal sospechoso.
Según las pesquisas,Graf habría sido su compañero de colegio y, décadas después, el presunto responsable de un crimen que permaneció oculto por casi 40 años.
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Un excompañero rompe el silencio y entrega datos clave sobre el caso
Un testigo anónimo, que actualmente reside en Europa, decidió ponerse en contacto con las autoridades para aportar datos clave a la investigación. Según relató, él, la víctima y el principal sospechoso fueron compañeros en la Escuela Nacional de Educación Técnica (ENET) N.º 36.
Al conocer el hallazgo de los restos este año, comentó la noticia en un grupo de WhatsApp que mantiene con excompañeros, y fue cuando, al revelarse la identidad de la víctima, comprendió que tenía información relevante que no podía callar.
De acuerdo con su testimonio, Graf y Fernández mantenían una amistad, pero las alarmas en su círculo cercano se encendieron cuando se supo que, en una vivienda de la Avenida Congreso al 3700, en el barrio porteño de Coghlan, habían sido hallados por casualidad restos humanos durante unas obras de excavación en una propiedad colindante.
Los informes posteriores lo dejaron helado: la víctima había muerto de forma violenta y presentaba indicios de un intento de desmembramiento. A medida que la investigación avanzaba y salían a la luz datos más precisos, todo encajaba con la historia de su excompañero desaparecido hace 41 años, incrementando así sus sospechas.
¿Qué dijo el principal sospechoso al enterarse del hallazgo de los huesos en su casa?
Al inicio, Graf no llamó la atención de la familia de la víctima, pues no formaba parte de su círculo cercano. Hasta hace pocos días, el hombre, actualmente de 58 años, no había sido relacionado con el caso, a pesar de que el hallazgo ocurrió en el jardín de la vivienda de su familia.
Según se supo, el sospechoso tuvo vínculo con el caso desde que aparecieron los restos.Medios hablaron con Daniel Scarfo, licenciado en Seguridad e Higiene y encargado de una obra cercana al hallazgo.
De acuerdo con su relaro, en medio de la conmoción y con la obra detenida, Graf –el principal sospechoso–se acercó a conversar con los obreros, incluido Daniel. Su actitud, tranquila pese a lo macabro de la situación, no despertó sospechas en ese momento.
Graf planteó tres posibles orígenes para los huesos hallados en su patio, teorías que entonces pasaron inadvertidas, pero que hoy adquieren otro significado.
“Estábamos en la puerta todos y empezó a hablar con nosotros, pero bien. Comenzó a dar la hipótesis de que probablemente eso había sido porque antes fue iglesia hace muchos años, que pudo haber sido los restos de no sé si un cura que lo habían enterrado”, relató Scarfo.
“Después tiró la de un establo, porque eso fue algo viejo. Y después dijo lo de un camión de tierra que él había pedido para nivelar cuando hicieron la pileta”, continuó.
Sobre esta última hipótesis, el especialista en construcciones dijo que es poco probable, ya que resulta casi imposible que al arrojar tierra no se detecte un cadáver. Ese fue el segundo contacto que tuvo con el sospechoso.
Semanas antes, por error, obreros de la obra donde trabajaba Daniel rompieron un caño maestro y dejaron sin agua a la manzana. Graf se acercó entonces para preguntar por la falla, pues en la casa —donde vive su madre— tampoco tenían servicio. Daniel le explicó la situación y que pronto se resolvería.
El segundo encuentro ocurrió el día en que hallaron el cuerpo de Fernández Lima. “Siempre fue cordial y habló bien”, recordó el testigo.