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CARTAPACIO: EL MUNDO MULTIPOLAR

CARTAPACIO: EL MUNDO MULTIPOLAR

Por Raúl Ruiz/Kriptón.mx

Este tema es apasionante.

Nos encontramos ante una circunstancia única en la historia de la humanidad.

Los cambios estrepitosos y retumbantes que se originan a una velocidad arrolladora e insuperable nos dejan perplejos.

Durante este año, pasamos del orden mundial ortodoxo y unipolar, donde se impuso Estados Unidos como la potencia dominante, a la visión oriental del mundo multipolar.

Pero… ¿Qué es? ¿De qué se trata?

El mundo multipolar describe un orden internacional en el que varias potencias comparten influencia y poder, en contraste con el modelo unipolar dominado por Estados Unidos tras la Guerra Fría.

Concepto básico

Multipolaridad significa que no existe una sola superpotencia que dicte las reglas globales, sino varios centros de poder (económicos, militares, culturales, tecnológicos) que interactúan y compiten entre sí.

Tras la Segunda Guerra Mundial, el mundo fue bipolar (EE. UU. vs. URSS). Con la caída de la URSS, emergió un orden unipolar dominado por EE. UU. en los años noventa.

Hoy, la creciente influencia de China, Rusia, India, la Unión Europea y potencias regionales ha dado lugar a un escenario multipolar.

Características del mundo multipolar:

•⁠ ⁠Diversificación del poder: Ningún país controla por completo la economía, la política o la seguridad global.

•⁠ ⁠Competencia y cooperación simultáneas: Las potencias pueden rivalizar en ciertos ámbitos (como tecnología o energía) y colaborar en otros (como cambio climático o comercio).

•⁠ ⁠Fragmentación ideológica: Se debilita la idea de un modelo único (democracia liberal más capitalismo), y surgen alternativas con distintos sistemas políticos y económicos.

•⁠ ⁠Instituciones internacionales más disputadas: Organismos como la ONU, la OMC o el FMI se convierten en espacios de negociación entre múltiples actores.

Ejemplos actuales.

•⁠ ⁠China: Expansión económica y tecnológica, con proyectos como la Nueva Ruta de la Seda.

•⁠ ⁠Rusia: Reafirma su influencia militar y energética, especialmente en Eurasia.

•⁠ ⁠India: Potencia emergente con peso demográfico y tecnológico.

•⁠ ⁠Unión Europea: Actor normativo y económico clave, aunque con tensiones internas.

•⁠ ⁠Potencias regionales: Brasil, Turquía, Arabia Saudita, Sudáfrica, que buscan mayor protagonismo.

Implicaciones.

•⁠ ⁠Mayor incertidumbre: La ausencia de un árbitro único genera tensiones y conflictos regionales.

•⁠ ⁠Pluralidad de narrativas: Cada bloque impulsa su propia visión del orden mundial.

•⁠ ⁠Espacio para países intermedios: Estados de tamaño medio pueden jugar un papel estratégico al negociar entre polos.

La multipolaridad no es solo geopolítica, también es semántica y cultural, pues abre la puerta a resistencias narrativas frente a hegemonías únicas.

En este mundo tan ordenadito, donde las hegemonías se creen el Google Maps de la verdad, la multipolaridad aparece como ese GPS pirata que te manda por calles sin pavimentar y te recuerda que el “camino único” era más bien un atajo hacia el aburrimiento.

Porque, claro, ¿quién no quiere vivir en un planeta donde una sola narrativa dicta qué pensar, qué decir y hasta qué meme compartir? ¡Qué delicia la monotonía!

Y ni hablar de la cultura: bendita sea la homogeneidad que nos regala el mismo reguetón reciclado en todos los continentes y la misma serie de superhéroes con tres variantes de spandex.

La multipolaridad, en cambio, es ese vecino incómodo que llega con tamales, tango y teatro callejero, y te arruina la fiesta privada de la uniformidad.

¡Qué falta de respeto a la civilización del copy-paste! Ja.

Al final, la multipolaridad es como un bufet libre: cada quien se sirve lo que quiere… y los que insisten en menú único, pues que se atraganten con su sopa instantánea.

Con su Maruchan.

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raul.ruiz@kripton.mx

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