“Ni siquiera puedes escribir un correo sin usar ChatGPT”: desarrolladores denuncian el uso forzado de IA en la industria del gaming
La inteligencia artificial está cada vez más presente en los entornos laborales y la industria del videojuego no es la excepción. Si bien existen casos de uso positivo, también hay historias sobre impactos negativos, como despidos o la obligación de que los empleados utilicen estas herramientas.
Uno de estos casos lo detalla el medio Aftermath, que documenta cómo algunos desarrolladores se han visto presionados para usar herramientas de IA como ChatGPT y Claude con el fin de agilizar su trabajo, a pesar de que los resultados, como el código generado,
En distintos testimonios, los desarrolladores mencionan que la IA “no sustituye su trabajo, sino que lo desmotiva”. Explican que ven cómo su código se vuelve menos comprensible y que esta dinámica los distrae de las verdaderas razones por las que fueron contratados.
Los casos de diferentes desarrolladores afectados
La publicación también detalla específicamente cómo artistas y desarrolladores se ven impactados por esta tendencia. Según los testimonios, los directores creativos han comenzado a utilizar imágenes hechas con IA como base para sus conceptos, lo que obliga al resto del equipo a crear recursos a partir de resultados automatizados. Estos, a pesar de ser estéticamente atractivos, a menudo carecen de cohesión o de un propósito claro de diseño.
Esto provoca que los trabajadores consideren que el proceso creativo se invierte. En lugar de comenzar a partir de ideas e iterar desde allí, los proyectos se inician con una imagen generada por IA que el equipo debe adaptar posteriormente. Advierten, además, que los directivos a menudo no comprenden las limitaciones del diseño ni la importancia de las influencias y experiencias humanas.

Según los testimonios, todo parte de “listas genéricas y preconfiguradas” que le quitan “el alma” al proceso creativo. Esto, afirman, se refleja en la calidad del producto y hace que el trabajo sea más superficial y menos satisfactorio.
Uno de los casos es el de “Bradley” (un seudónimo), quien reveló que su director de arte ya no era capaz de escribir correos electrónicos sin la ayuda de ChatGPT. Según cuenta, su superior no podía visualizar los conceptos que requería sin ver primero un resultado final. Incluso utilizaba indicaciones de IA para encontrar imágenes de su agrado y luego las enviaba al equipo artístico para su adaptación.
Esta situación no es única. Una animadora fue despedida poco después de cuestionar el uso de voces generadas por IA sin consentimiento, en detrimento de los actores de doblaje. La dirección la silenció con el argumento de que esas voces solo se utilizaban para fines internos.
Los retos actuales de la mano de la IA
A pesar de la imposición o el mal uso de esta tecnología, aún existe resistencia a estas implementaciones. Los trabajadores se han pronunciado en contra de un uso indiscriminado de la IA y han defendido el factor humano en la producción artística.

Sin embargo, muchos reportan que, tras ofrecer explicaciones técnicas y éticas, se enfrentan a la resistencia de gerentes que ven la IA como una “solución mágica” para reducir costos y acelerar las entregas.
Artistas, animadores, diseñadores y actores de doblaje temen que sus trabajos queden marginados. Afirman que son “presionados” para aceptar que la IA use su voz a cambio de un pequeño porcentaje de ingresos. Muchos temen tener que abandonar sus empleos debido a una evolución forzada del mercado, impulsada por una adopción precipitada y sin criterio de la IA que, aseguran, ha deteriorado el entorno laboral.