¿Como afecta el alcohol en el sueño?
El consumo de alcohol es comúnmente asociado con la relajación y la desconexión de las preocupaciones cotidianas. Sin embargo, cuando se trata de la calidad del sueño, los efectos del alcohol son considerablemente más negativos de lo que muchos imaginan, aunque beber alcohol puede inducir un sueño más rápido, su impacto en los ciclos de descanso y la salud general del sueño es profundamente perjudicial.
El alcohol actúa como un sedante del sistema nervioso central, lo que inicialmente facilita el proceso de quedarse dormido, por lo tanto muchas personas recurren al alcohol para relajarse antes de dormir, creyendo que esto mejorará la calidad de su descanso. Sin embargo, a medida que el cuerpo procesa el alcohol durante la noche, sus efectos interrumpen los ciclos naturales del sueño. En particular, el alcohol afecta el sueño REM (Rapid Eye Movement, o movimiento ocular rápido), una de las etapas más importantes para la reparación del cuerpo y la mente.
Durante la fase REM, se experimentan procesos clave como la consolidación de la memoria y la reparación de los tejidos, por lo tanto el consumo de alcohol reduce tanto la cantidad como la calidad del sueño REM, lo que interfiere con la capacidad del cuerpo para restablecerse adecuadamente. A lo largo de la noche, las personas que beben alcohol suelen pasar menos tiempo en esta fase y más en los ciclos de sueño ligero, lo que resulta en un descanso menos reparador y, por ende, en una sensación de fatiga al día siguiente.
A pesar de que inicialmente induce un sueño profundo, este efecto desaparece con el paso de las horas, ya que el cuerpo comienza a metabolizar el alcohol y, como consecuencia, pueden aparecer interrupciones en el sueño, a menudo con la sensación de insomnio. La deshidratación y el desequilibrio en los niveles de azúcar en sangre, ambos efectos secundarios comunes del alcohol, también contribuyen a la fragmentación del sueño.
Por otro lado, el consumo de alcohol en grandes cantidades aumenta la probabilidad de ronquidos y apnea del sueño, trastornos que afectan negativamente la oxigenación del cerebro y la calidad del descanso.