¿Los perros sienten culpa?
Es común escuchar frases como “mi perro sabe que hizo algo mal” o “me pide perdón cuando se siente culpable”. Sin embargo, esto no es exactamente cierto. Los perros no tienen la capacidad de entender el “bien” o “mal” como los humanos, y aunque a veces parecen arrepentidos, en realidad solo están mostrando señales de calma.
Cuando un perro hace algo que no nos gusta, como orinar en casa, y lo regañamos, lo que realmente está haciendo es asociar esa acción con una reacción negativa de nuestra parte. No entiende que lo que hizo está mal, sino que está reaccionando a nuestro enfado. Por ejemplo, puede ponerse con las orejas hacia atrás o el rabo entre las patas, pero no porque se sienta culpable, sino porque está tratando de tranquilizarnos.
Los perros aprenden a través de la repetición, y para que entiendan lo que está bien y lo que está mal, el castigo debe ocurrir en el mismo momento en que cometen la acción. Si no los vemos hacer algo malo, regañarlos después no tiene sentido para ellos. Por ejemplo, si encuentras que tu perro mordió tus zapatos horas después, no entenderá por qué lo regañas.
Además, los perros son muy buenos para leer nuestro lenguaje corporal y emociones. Pueden detectar si estamos enojados por cómo nos movemos, hablamos o incluso por nuestra temperatura corporal. Aunque no sepan exactamente por qué estamos molestos, sí entienden que algo no está bien y reaccionan tratando de calmarnos, como lamiéndose o acostándose de espaldas.
Para educar a un perro, lo mejor es usar refuerzos positivos. Esto significa recompensar lo que hace bien y redirigir lo que no nos gusta de forma inmediata. Es importante comenzar cuando el perro es joven, para que pueda aprender más fácilmente. La clave es tener paciencia, ser coherentes y tratar de enseñarles lo que está bien de una manera amable.