Antes de su fallecimiento, Liam Payne había compartido abiertamente sobre sus dificultades y había sido ingresado en un centro de tratamient

El mundo de la música está de luto ante la inesperada y trágica muerte de Liam Payne, músico británico que fue parte del grupo One Direction, la tarde de este miércoles 16 de octubre.

El guitarrista y compositor se encontraba en un hotel en Buenos Aires, Argentina, según se presume, para acudir a los conciertos de su amigo Niall Horan y vacacionar algunos días.

Todo iba bien, hasta que un llamado al 911 alertó sobre “un hombre agresivo que podría estar bajo los efectos de drogas o alcohol”, según algunos de los reportes.

Alberto Crescenti, Director de Servicios de Emergencias Médicas, declaró ante algunos medios locales que el artista de 31 años murió instantáneamente tras la caída.

Según confirman reportes, la Policía encontró en la habitación donde se encontraba Payne un televisor destrozado, fósforos, restos de velas, papel aluminio, una copa de vino y un polvo esparcido que se presume sería cocaína, entre otras cosas.

Liam Payne ya había hablado de los problemas que enfrentaba y estuvo internado antes de morir

Aún no se confirma si la muerte del músico fue accidental o provocada por una tercera persona o por él mismo, aunque se presume que el estar bajo la influencia de sustancias como alcohol y drogas fue la que provocó su trágico deceso.

El compisitor ya había hablado sobre los problemas que enfrentaba con este tipo de adicciones, sobre todo de su lucha con el alcoholismo, de lo cual habló en varias entrevistas.

Según el mismo Liam, su adicción al alcohol inició en los años más intensos de One Direction, cuando su equipo de seguridad los mantenía encerrados en habitaciones de hoteles, debido a su gran popularidad mundial. Fue ahí donde encontró refugio en el minibar ante la falta de libertad, espacio personal y exceso de presión por parte de la fama, por lo que comenzó a beber solo.

Después de la separación de One Direction, hubo una etapa muy difícil y oscura para él, en la que incluso llegó a pensar quitarse la vida debido a la soledad y la presión a la que estaba sometido.

Payne tuvo que ingresar a rehabilitación en varias ocasiones. Una de ellas en una clínica de bienestar en Estados Unidos, donde pasó 100 días tratando su adicción al alcohol.

Logró largos periodos de sobriedad, festejando incluso un año sin haber probado gota de alcohol.

Además de esto, el guitarrista enfrentaba problemas de salud renales, ansiedad y agorafobia. De hecho, en el 2023 fue hospitalizado de emergencia en Italia por una grave infección renal, que lo llevó a cancelar su gira por Sudamérica e interrumpir sus planes profesionales.

En julio de este año, el cantante habló sobre su salud mental en un video publicado en YouTube.