HomeESPECTÁCULOSEduardo Yañez recuerda su persistente dependencia del alcohol, recordando que solía consumir una botella al día.

Eduardo Yañez recuerda su persistente dependencia del alcohol, recordando que solía consumir una botella al día.

Eduardo Yañez recuerda su persistente dependencia del alcohol, recordando que solía consumir una botella al día.

Cuando se trata de televisión mexicana, el rostro de Eduardo Yañez ha sido muy recurrente. El actor ha colaborado en varias producciones significativas. No obstante, al mencionar su nombre, también se evocan algunas controversias en las que ha estado involucrado, como el caso en el que le propinó una paliza a un periodista.

Además de ese momento, Yañez ha tenido que lidiar con una serie de problemas personales, uno de los cuales fue su adicción al alcohol durante cinco años.

Eduardo Yañez recuerda su experiencia anterior con el consumo de alcohol.
En una entrevista con Matilde Obregón, el actor contó su experiencia con el consumo de alcohol, la cual Yañez describió como “muy gruesa”, ya que no solía beber una copa o vaso al día, sino una botella completa.

Mi época de pedote ya terminó, me llevé muy mal, es verdad. Mi consumo de alcohol fue constante durante unos pocos años. Yo era una botella de whiskey al día en lugar de la copita que todos saben echar en la mesa a la hora de la comida. Contó que era durante la noche, ya que durante el día estaba trabajando y no tomaba, pero cuando llegaba a su hogar, sentía los complejos de su infancia y esas pendejadas.
Eduardo habló sobre cómo adoptó una rutina en la que el consumo de alcohol ya era una parte esencial de su vida diaria, casi como si fuera algo natural.

Las reuniones comienzan hasta que te empiezas a sentir solo hasta que ya lo haces de manera sistemática; te torturas, sufres y te engañas. “He estado involucrado en eso durante cinco años”, continuó.

Finalmente, reveló que el problema ya era tan grave que decidió usar Aqua Velva, un producto para la piel después del afeitado, porque ya no había alcohol en su casa.

No tenía la habilidad de abandonar la ciudad. Debido a que ya no había alcohol, terminé tomando Aqua Velva, que es lo que te pones cuando te rasuras, con agua de la llave. “Al amanecer al otro día, mi rostro estaba rojo y lleno de ronchas; me miré en el espejo y decidí que no era lo que quería de mí y lo solté”, concluyó.

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