Historia y respuesta: Cancillería de Managua, reuniones con la historia
Por Miguel Ángel Aguilar/Kriptón.mx
Una de las cosas que más me maravillaron en mi reciente viaje a Nicaragua fue la multitud de invitaciones a otros países, el Cónsul de Angola para Cuba y Nicaragua Helio Dos Santos, luego de hacerme más de 100 preguntas sobre la situación actual de México, me hizo la formal invitación recorrer su país al cual admiro desde mis 18 años cuando supe la osadía del Doctor Agostino Neto en llevar a cabo la plataforma generacional de una revolución que hoy vislumbra a más de 55 millones de angoleños.
De igual manera el líder de los sindicatos de periodistas palestinos abdal Nasser Alaraj a quien entrevisté en varias ocasiones y me tradujo con la autoridad nacional palestina, me hizo la formal invitación acudir en diciembre -pasare lo que pasare. A tierra santa, a Palestina, de donde me repetía: Cristo era palestino, los palestinos queremos al pueblo de Israel, nosotros no somos malos. En Mi canal de Youtube están dos entrevistas que le hice.
Esa tarde mediados de julio del presente año fue la alternativa: todas las delegaciones reunidas en un amplio salón donde embajadores y personal de las embajadas de cuando menos una veintena de países conviviendo y con interpretes audaces, fui entablando conversaciones con Palestina, Burkina Facio, Republica Dominicana y muchas otras personas en mi estancia de 13 días en suelo nicaragüense ya que después emprendí, unas partes por vía terrestre, otras en avión y marítima a un recorrido que incluyó otros 5 países y siempre apoyado por mi hijo desde casa y como fruto de mi revista de historia que ya lleva un buen de camino de andar entre imprentas y entrevistas curiosas.
El tema es Nicaragua de antemano, no había visto jamás un país tan bello y tan entrañable, tan crucial y contradictorio, su territorio tierra adentro muy diferente a la capital, su historia real, palpable, apegada a los hechos.
Invitado por la vicepresidencia Rosario Murillo -nieta de Sandino y con una rama familiar con el poeta mundial Rubén Darío- vía el cineasta mexicano Adrián Carrasco fui recibido en el aeropuerto internacional Cesar Augusto Sandino por la ministra de la juventud nicaragüense y dispensándome los trámites de rigor. Kripton y su director Enrique Hernandez Padron fue la llave para que yo tuviera tan justa experiencia, pues el embajador de Nicaragua en México lo buscó directamente para que Adrian Carrasco regresase a ese país luego de 40 años de ausencia.
De Adrián Carrasco aquí ya hemos dado cuenta en esta misma columna. Fue -sin querer queriendo. la buena suerte para ambos.
Llegué en medio de sorpresas, Un calor sorprendente, un ramal de sugerencias y una super atención desmedida de infinita calidad de la cual siempre estaré pertenecido.
Terminado el convite de 5 días donde hubo super hospedaje, alimentación y traslados, Carrasco me invitó a su casa a pasar los siguientes días mientras él se fue con uno de sus sobrinos empresarios proveniente de Puerto Vallarta a buscar donde invertir al interior de Nicaraguita, su casa paradisiaca en medio de la selva managüense, pude leer y escribir con mucha calma, repasar una y otra vez la historia de ese país tan querido por los mexicanos y el mundo entero, Pero también me di mis escapadas, pese a severas advertencias de lo avieso y travieso que son algunos Nicaragüitas.
Fui al mercado Oriental, considerado el más grande de Centroamérica, miles de comerciantes, fui acompañado de una mujer llamada Carmen a la que me gané su amistad en la calle y en búsqueda de algunos enseres personales, ella preocupada por lo que pudiera acontecer en dicho lugar debido a la violencia desmedida y la ratería a gran escala, del cual vi las frutas y verduras más extravagantes jamás vistas por ojos mexicanos, verdura original, túneles y callejones, cerca de 100 manzanas donde el bullicio, la preventa, el mercado negro, la albricia y el rejuego, el asalto o la inocencia, juegan un papel indispensable.
Días después acudí al famoso mercado Wembes, donde una suspicacia por poco me deja sin celular, pero como mido casi 1.90 cm -aunque al paso de los años uno se va achicando- y ahí también fue el asombro por la gran cantidad de cosas vendibles y comibles y artesanales.
Otros días acudí al interior nacional donde se comprueba la fama de la belleza de su territorio como de los más sorprendentes del mundo, Granada y su lagos-9 mil 400 kilómetros de un mar interno de agua dulce con casi 400 islas y con la desembocadura al rio San Juan y que converge igual en el caribe con el mar territorial de Colombia donde tienen una disputa internacional por más de 250 mil millas marítimas- y volcanes, León y su ciudades universitarias rebeldes, el mar pacifico, Masaya, largos recorridos donde mis ojos no paraban de adjuntar a mis genes lo real maravilloso, la queja, la alegría, la lluvia constante, la comida, su cultura popular en el desmadre, a soto voce el desencanto, el miedo, lo absorto.
La reunión en la Cancillería de Managua dejó grandes acuerdos, lucha de gigantes dirían los cantores españoles, para mí, una inaudita oportunidad de aprovechar las encrucijadas sin ninguna pose y si en cambio, siendo preguntón, en demasía, muchas entrevistas, charlas sorprendentes, acuerdos históricos, otras fronteras, comunicaciones constantes.
Adrián luego me invitó ser su asistente técnico para canal 6 de julio de Nicaragua y me gustó pues estuve cerca de embajadoras y embajadores, acomodando micrófonos, luces y otros detalles; recorrí barrios y cementerios, parques y tugurios, hice muchas entrevistas y crónicas, vi mucho turismo mundial, endiablado, y lo repito: para mí los nicaragüenses son mexicanos disfrazados de nicaragüenses.
Poco a poco iré contando la otra osadía.
Posdata urgente: los compañeros de la embajada de la Republica Dominicana constantemente me invitaban a las parrandas y al convivio siempre respondiendo a mis preguntas sobre el pueblo haitiano del cual son sus vecinos, el vudú, la alta brujería continental, lo inverosímil, lo inaudito, la capacidad de nuestros pueblos de ser únicos en el mundo, en las galaxias.