Cinco miedos más frecuentes de los perros

Muchos perros experimentan miedos y fobias debido a diversas razones, como una socialización inadecuada o experiencias pasadas negativas. Los caninos pueden mostrar síntomas de miedo como encogimiento, temblores, babeo excesivo, ladridos, comportamiento destructivo y, en ocasiones, agresión.

Aquí enumeramos las fobias caninas más conocidas:

Truenos: La astrafobia, o miedo a los truenos, es una condición común entre los perros. La intensidad de este miedo puede variar de un perro a otro; algunos perros pueden mostrar solo signos leves de miedo durante las tormentas eléctricas, como un ligero temblor o mostrar las orejas aplanadas, los ojos muy abiertos y la cola metida. Por otro lado, algunos perros pueden experimentar una fobia más grave, lo que les hace esconderse, comportarse destructivamente o incluso perder el control de sus intestinos o vejiga.

Fuegos artificiales: Al igual que el miedo a los fuegos artificiales, la fobia a los fuegos artificiales se debe a la combinación de sonidos explosivos e impredecibles con luces deslumbrantes, que con frecuencia hacen que muchos perros tiemblen de miedo. En situaciones extremas, este miedo podría incluso llevar a un perro a huir y perderse.

Ansiedad por separación: Esto es lo que sucede cuando los perros con frecuencia muestran comportamientos destructivos después de que sus dueños se van de la casa. También se conoce como ansiedad por separación. Cuando se los deja solos, pueden experimentar ladridos excesivos y accidentes de allanamiento de morada.

Al veterinario: Los perros a menudo tienen miedo de visitar al veterinario. Los perros pueden desarrollar rápidamente una asociación temerosa con las visitas al veterinario porque su primer encuentro con el veterinario con frecuencia implica olores desconocidos, nuevas técnicas de manejo, sujeción y vacunas.

A subir al automóvil: Algunos perros tienen miedo al viajar en automóvil. Esto puede ser el resultado de una exposición temprana insuficiente a los viajes en automóvil o experiencias pasadas negativas, como marearse en el automóvil, ser llevado a un refugio o simplemente asociar los viajes en automóvil con visitas al veterinario.