Historia y Respuesta: Gregorio Marín…Adiós a una época
Por Miguel Ángel Aguilar/Kriptón.mx
Siempre jocoso, Gregorio Marín siempre fue un referente del buen periodismo mexicano y aunque nunca fue arrestado por sus actividades, si recibió toda clase amenazas pero fueron mas los reconocimientos que la misma sociedad potosina le profirió y en la exactitud de ser siempre un amigo afable y sonriente, presentándose como un experimentado ser humano lleno de lumbreras.
Efectuar el oficio de periodista en la provincia mexicana fue difícil y dictaminante, el proviene de toda una pléyade de periodistas que fungieron como testigos de represiones y gobernadores caciques y auténticos asesinos y corruptos, de un San Luis a la que se le llamó nacionalmente como la “Cuba Mexicana” y con la abierta presencia del ejercito mexicano buscando casa por casa a los lideres navistas, a los estudiantes comunistas, a los campesinos incendiarios.
Gregorio Marín fue testigo de los primeros días gloriosos de la entonces triunfante revolución cubana y fue enviado por EL SOL DE SAN LUIS a hacer crónicas y tuvo la certera oportunidad de entrevistas al comandante fidel castro y al guerrillero doctor Ernesto Che Guevara y a muchas otras personalidades juveniles de la revolución, sus crónicas fueron siempre copiosas, abundantes, certeras y puntillosas, siempre con humor, picardía, ese talento mexicano para mofarse de todo y de todos y sin dejar de identificar la denuncia, la tropelía.
Fuimos cuatachos. Éramos parte de un grupo muy unido en torno a la doctora María del Carmen Rodríguez Romero y en cuya casa nos reuníamos 2 veces por mes o cuando se pudiera y ahí manteníamos contacto Amparo Ochoa, David Soraiz, José Carmen García Vázquez, Rosa Isela Vaquero, Manuel Lara Hernández, Armando Labastida, el dueño de “La Mexicana” y de muchos otros que se fueron a lo largo de los años y que solo quedábamos don Goyo y quien esto escribe.
Dichas tertulias tenían como propósito ser felices y cantar y señalar anécdotas, afianzar los lazos de amistad y compromiso en la labor de escribir y nunca reducirnos, muchas veces nos amanecíamos contando mil historias y ahí Marín evidenciaba su gran sentido de humor y le daba al escenario una providencia que pocos podrían mantener.
Entonces Adiós, a sus 93 años, con sus miles de entrevistas y artículos y libros publicados, imágenes captadas en una historia potosina única en el firmamento nacional y mi pregunta es: ¿Quién cerrará la puerta?
Queda constancia de que en esta parte del país el periodismo es serio, es divergente, es de mucha historia y de grandes personalidades que le entregaron a su vida a un pueblo y un país como el nuestro.