Historia y Respuesta: David Rangel Tapia, una fuerza humana inextinguible
Por Miguel Ángel Aguilar/Kriptón.mx
Conmociona a la ciudad y en especial al gremio de reporteros, periodistas y escritores que tan digno bato haya fallecido y en medio del gran poderío que siempre se cargó, ya para sobrevivir, para el buen periodismo, para la chamba de ser reportero de las fuentes mas diversas y entonces la ciudad vuelve a sus orígenes: todas las tempestades estaban en una señal que nadie puede ni debe controlar, el eterno ciclo en que la vida nos presenta a personajes inolvidables, llenos de sabiduría popular, también paisano de noblezas, de carácter, de lucha incesante, de triunfos preclaros y de victorias.
David Rangel Tapia es ya un icono del periodismo potosino en los recientes cincuenta años , su vida siempre fue en pos de la victoria ante un cumulo de inmensas adversidades, desde niño tuvo que rifárselas de mil maneras para sobrevivir en su natal Tampico, Tamaulipas y de ahí la necesidad de aprender el ajedrez de manera magistral, ser bailador profesional -tan común en ese puerto en la zona costera- y arribar a una ciudad y estado como el nuestro en medio de muchos retos. Y los cumplió.
Escritor profesional, fue autor de innumerables libros documentales, novelas y libros sobre el ajedrez, famoso en las oficinas gubernamentales y municipales y universitarias, jefe de redacción en numerosos periódicos, maestro de generaciones, enseñó el oficio de reportero a decenas de curiosos y compañeras ávidas de ser periodistas profesionales. Lo logró.
Fue candidato a la presidencia municipal potosina en 1991 bajo las siglas del Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional y con una campaña muy suigéneris, fundador de la asociación potosina de ajedrez, organizó muchos torneos, elevó a rango cultural y deportivo ese juego ciencia y tuvo la oportunidad muy bien ganada de jugar en muchos estados mexicanos y en el vecino país del norte.
Es larga la enumeración de aconteceres y talentos que se sumaron a la carrera vertiginosa de un David siempre apurado por las precarias condiciones económicas del gremio, vilipendiado por las direcciones a someternos a los peores salarios, despidos injustificados, amenazas de afectados por el oficio, ya por policías y sus mafias, por delincuentes de toda laya, funcionarios nerviosos y todo un tajo de malvivientes del servicio público.
David nos enseñó muchas cosas, recuerdo las mesas de redacción en el emblemático EL HERALDO de San Luis y en la que a un puñado de plebeyos nos enseñaba toda una generación inolvidable y el directamente, junto a Miguel Ángel Guerrero, Joaquín y Esteban Rocha, J. C. García Vázquez, Manuel Lara Hernández, Margarita Basañez, Ernesto Guajardo Wong -duro director, con el hizo hazañas editoriales de alto calibraje- y eran los años de 1982 y para adelante, su peculiar estilo para escribir en las añejas máquinas siempre nos daba alegría, pues atacaba las teclas con especial dinamismo y pasión arrolladora.
16 letras en su nombre, un si no, un destino, un reto: ”su vida estará siempre sujeta a contratiempos. Casi siempre empezará de la nada” y así fue y se lo recalcaba y siempre nos decía: no fue fácil para mi, desde niño fue sufrir y avanzar, hacer una familia, tener nietos y bisnietos y su eterna compañera a la que hoy abrazamos con sentimiento y providencias.
Insisto: el reportero mexicano durante decenios estuvo sujeto a muchos desprecios laborales, emergimos luchando por mejores condiciones y optamos por la vida independiente y David incursionó fecundamente en EL MUNDO DE SAN LUIS y muchos otros intentos y pero con persistencia, talento para todo, alcances milagrosos.
Recuerdo su alegría de haber conseguido por fin su casa de interés social en Soledad, eso lo hizo feliz.
Adiós a un gran camarada, a un maestro del periodismo y de las relaciones humanas, a un destacado ajedrecista, son cientos de anécdotas por descifrar y avanzar, mientras tantos, nos unimos al duelo de la ciudad y en este nuevo comienzo de su alma chambeadora, encuentre el poder y la energía a buen recaudo.
Como siempre la tuvo.