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CARTAPACIO: Perdido entre las brumas del flow

CARTAPACIO: Perdido entre las brumas del flow

Por Raúl Ruiz/Kriptón.mx

Antes de que nos trague las Inteligencia Artificial, tengo que hacer estas reflexiones.

Quizás luego no tenga tiempo de hacerlas, y moriré pensando que mi paso por la vida no tuvo ningún sentido.

De por sí, no he podido procesar el hecho de haber acumulado ya mucho conocimiento inútil, pues no he podido descubrir un camino hacia la monetización de tanta riqueza intelectual.

Sin embargo, seguiré insistiendo.

Mientras ocurre, desmenuzaré en algunas disecciones existenciales, el porqué estoy en un punto de despegue, que quizás pueda ayudar a mi propósito central.

Todo comenzó treinta años atrás, en una noche de “lucha femenil de camisetas mojadas”. Acapulco 1994.

Para mí, la lujuria que despertaba el espectáculo entre los comensales, no me fue tan atractivo, como el hacer contacto con Anie, una francesita que me sonreía entre la semi oscuridad del salón.

Estaba con dos amigas y yo con mi amigo y compañero de aventuras, Ricardo.

El mesero me advirtió que eran turistas francesas y le dije a Ricardo, con permiso, voy a practicar mi francés.

Cuento esto, porque ustedes pensarán que mi propósito era el flirteo erótico sexual… y sí.

Pero el contacto con Anie, fue más profundo que los placeres de la carne.

Ella resultó ser pintora y estudiosa de la metafísica.

La metafísica es una rama de la filosofía que estudia los problemas centrales del pensamiento filosófico: el ser, el absoluto, Dios, el mundo, el alma.

En esa línea, la metafísica, intenta describir las propiedades, fundamentos, condiciones y causas primeras de la realidad, así como su sentido y finalidad.

Nos embriagaba tanto este rollo, que el sexo pasó a segundo término, y luego se desvaneció.

Nos preocupaba conocer cómo debíamos acumular las percepciones y comprensiones básicas del mundo.

O sea, pura perdedera de tiempo.

¿Te imaginas entrarle a indagar en los principios más elevados de todo lo que existe, y a confrontar las grandes preguntas que han capturado la imaginación humana a lo largo de los siglos?

Nomamespancho, que desperdicio de vida.

Así me fui sumergiendo en la bruma de las preguntas.

Descubrí que para guardar el equilibrio existencial, era menester entregarte a la contemplación.

Un escalón hacia la sabiduría.

La contemplación es un estado mental de atención plena y observación profunda sobre un objeto o realidad determinada.

Generalmente, suele estar asociada a la sabiduría y la espiritualidad, y acompañada de estados mentales como la calma, la serenidad y el equilibrio interior.

Históricamente, los filósofos y sabios de todo el mundo buscaron en la contemplación la fuente de la sabiduría y el despertar espiritual.

Según Aristóteles, la felicidad consiste en cultivar una vida contemplativa, dedicada a la filosofía, el conocimiento y la búsqueda de la sabiduría mediante la contemplación de los aspectos más profundos.

¡Otra perdedera de tiempo!

En este rollo, años después, arrastré por un tiempo a Patricia, en matutinas caminatas al amanecer, y la contemplación de la naturaleza desde una banca del Parque Extremo.

Inmersos en un proceso profundo de reflexión y atención que al parecer trascendería lo meramente superficial.

Pero a tiempo recapacité, habría sido imperdonable abandonar nuevamente los placeres de la carne por “la búsqueda de la sabiduría y la perfección”.

Dicho sea de paso, de alguna forma, nos descubrimos vigorosos en el intercambio de fluidos, hasta la fecha.

No se vayan. Ya mero termino.

Con el tiempo, descubrí que el mundo nos está arrollando. La vida parece correr más rápido que antes; y preferible conseguir herramientas para subsistir, que ganar sabiduría.

Requerimos adquirir una enorme capacidad de adaptación al entorno cambiante: La vida es dinámica, y nuestra capacidad para adaptarnos a los cambios es fundamental.

La vida actual parece más veloz debido a una serie de cambios y tendencias que han influido en nuestra percepción.

Nos aferramos a viejas creencias y patrones de comportamiento, pero la realidad evoluciona constantemente.

Así que, para superar el problema de adaptación, entro luego en el estudio de un concepto psicológico llamado: Estado de flow.

Un instrumento que nos sirve como enfoque.

Es el estar completamente inmerso en una actividad, perdiendo la noción del tiempo y las preocupaciones.

¿Otra perdedera de tiempo? Quizás.

Pero ahora, con los años, he aprendido a manejar el estado de flow, para concentrarme en mi trabajo.

El estado de flow, es un fenómeno complejo estudiado desde diversas disciplinas, como la psicología y las neurociencias.

La contemplación, nos brinda espacio para que nuestra mente divague y luego se centre, lo que ayuda a aclarar nuestros pensamientos y generar ideas nuevas.

En consecuencia, el estado de flow es un estado mental en el que nos sumergimos completamente en una actividad, perdiendo la noción del tiempo y disfrutando cada segundo.

Manejar el estado de flow, es estar altamente concentrado en lo que haces, sintiendo que tienes control sobre el esfuerzo y que la tarea es realizable.

En cuanto a la duración, nuestro cerebro no puede mantener este estado todo el tiempo.

Por lo general, podemos experimentarlo durante aproximadamente 90 minutos o dos horas, máximo.

Sin embargo, es posible tener múltiples períodos de flow en un día, lo cual es beneficioso tanto para nosotros como para nuestro cerebro, y yo ya puedo manejar estos períodos de flow, para sacarle jugo al intelecto.

El flow es una experiencia placentera y liberadora que nos conecta con nuestras pasiones e intereses, y aunque no es constante, podemos cultivarlo a lo largo del día.

Supongo que les cansó la lectura.

En otra ocasión les diré porqué tenemos la sensación de que la vida corre a más velocidad que antes.

O sea… Más conocimiento inútil.

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raul.ruiz@kripton.mx

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