Crónica de “Enredado en azul: los laberintos emocionales en la poesía de Bob Dylan”, impartida por el Dr. Joserra Ortiz
Por Didier Armas/Kriptón.mx
El aire llevaba los motivos del máximo bardo del folk. Llegué 7:15pm a la Casa del Barrio de San Miguelito, quince minutos antes para observar la antesala (el pre-escenario es un fantasma en flor, la precuela de lo que resultará en una forma, pero sin serlo aún), el poeta Miguel Ángel Aguilar se sentó a mi costado afanado –como es su personalidad- en levantar andamio sobre los vacíos de la espera, y como si se tratase de una chispa, orientó su grabadora a las vocales de Joserra, la entrevista duró poco, pero sirvió de tentempié, y también –vale decirlo- fue el impulso para que la conferencia tuviera origen.
A goteo la conferencia atrajo a distintos artistas: Octavio Guerrero, Fabiola Amaro, Segovia, entre otros; personas afines a la música y a los movimientos estilísticos de la posguerra. Al comienzo Joserra justificó el Premio Nobel de Literatura de Bob Dylan, justificación que creo es esencial e imprescindible, ya que cierta academia anquilosada ha desdeñado y despreciado este merecimiento: recuerdo ese 13 de Octubre de 2016 con mucha claridad, porque coincidió con mi asistencia al Festival de Poesía Las lenguas de América Carlos Montemayor, conducido por las poetas Irma Pineda y Natalia Toledo, y el acto final a cargo de Francisco Hernández, mismo que celebró el entonces fresco premio de Bob, no así la coordinación de la carrera de Lengua y Literatura Prehispánicas, de la FES-Acatlán, UNAM (donde cursaba estudios), que rechazo las mociones y los argumentos de la Fundación Nobel. Joserra para dicha defensa nos habló sobre la herencia de la balada norteamericana que se introduce en la década de 1920 a través de los masivos movimientos migratorios (principalmente de Europa) que experimenta Estados Unidos a causa de la Primera Guerra Mundial, esa baladaque se remonta a la poesía y a las canciones populares de la Edad Media hasta el siglo XIX. Esta balada es heredada a Dylan por medio del folk, un género musical que, a mediados del siglo XX se convirtió en un vehículo de protesta y resistencia. Dylan influenciado por figuras como Woody Guthrie y Pete Seeguer, toma la estructura melódica de la balada tradicional. Joserra resaltó como Dylan retoma, sí, pero también recrea, ya que no se atañe a las formulaciones, Dylan sabe captar las preocupaciones de su tiempo, y no sólo las narra, sino que introduce la duda o el “¿qué pasará?”, este sentimiento expectante que podría entendersecomo un rasguño al futuro, aunque no como una materialización. La poesía es eso (o al menos en la que creía Verlaine o Pound): quebrantar el tiempo con letras que susciten una identificación transgeneracional.
A este punto de la conferencia se comentó cómo Bob Dylan está estilísticamente cercano a otro Nobel como Gabriel García Márquez, y a la vez se encuentra próximo a Los Tigres del Norte. Esta afirmación, puede parecer demasiado contrastante en un primer momento, pero si se examina más la naturaleza de las letras de Dylan claro que se puede tramar el hilo, ya que el uso de la tradición oral, la capacidad para captar y plasmar las historias del pueblo, son en esencia el abrevadero de estos artistas: Dylan canta sobre la guerra, la discriminación y la crisis de identidad en Estados Unidos; Los Tigres del Norte han hecho lo mismo con la migración, la violencia y la vida fronteriza en México. Es en todo caso una continuidad de las tradiciones narrativas de la balada.
Sin duda los temas que se podrían desprender de la conferencia desbordarían esta columna, pero trataré de sintetizar los más relevantes: la lectura que empapa a Bob de la poesía beatnik; Bob como Huidobro, artífices de sus propias vanguardias; las 4 etapas creativas de Bob: 1.- Compositor de folk: que corresponde a sus primeros discos; 2.- La era de cambio: Bob en búsqueda de su origen musical; 3.- Refugio en otros géneros: el acto de traición al folk como un beneplácito, y la composición poética que Bob le influye al rock, y 4.- La popularización de Bob Dylan. La conferencia finalizó con un resumen de las producciones y premios de Bob: más de 600 canciones, exposiciones plásticas, once libros (para aquellos que no lo consideran un escritor, he ahí otra prueba), 200 colaboraciones, 11 Grammy’s, 1 Oscar, Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Premio Príncipe de Asturias de las Artes. Bob Dylan no asistió a recibir ninguna de estas premiaciones y/o distinciones desde los sesentas.
En la ronda de preguntas una asistente fascinada por la consulta enciclopédica de Joserra sobre Bob, le sugirió que donara su intelecto para el desarrollo de una IA; otro más lo felicitó y declamó un poema sobre el poema; otra más propuso no obviar la relación de Patty Smith y Bob, y por mi parte planteé investigar más a fondo el proceso escritural que tiene un poeta que compone con un instrumento musical, ya que dicho instrumento llega o puede llegar a influenciar fonética y semánticamente su escritura.
A una hora y media del inicio, la mecánica del tiempo deshilachó la bola de estambre que éramos, zurcida, claro, por ese hilo invisible que es la poesía, esta vez en torno a Bob Dylan, las otras, muchas tantas, en el comercio de lenguas que son los libros. Los invito a seguir las investigaciones de Joserra y asistir a su taller los sábados de 11am. a 3pm., cercano al Jardín de Tequisquipan, he aquí su contacto: https://www.facebook.com/JoserraOrtizPhD .
Joserra Ortiz. Escritor, académico e investigador mexicano. Licenciado en Letras Españolas por el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores Monterrey itesm y Doctor en Estudios Hispánicos por la Universidad de Brown bu. Fundador del Taller de Escritores de San Luis Potosí. Autor de tres libros. Sus textos se pueden encontrar en antologías colectivas. Ha colaborado en revistas como La gangsterera, Tierra Adentro, Periplo, Deliberación, Los perros del alba y Punkroutine.
