Los jóvenes tienen más probabilidades de experimentar ansiedad y depresión por el uso de dispositivos electrónicos
Da la impresión de que los niños de hoy en día llegan con un smartphone en lugar de un pan debajo del brazo. No solo lo hacen naturalmente, sino que también rápidamente aprenden a utilizarlo y sacarle todo el provecho desde muy temprana edad.
Algunas cosas que en los tiempos actuales pueden parecer lógicas y normales de principio, pero pueden no ser tan inocentes. Muchos expertos han planteado previamente la pregunta de qué peligros pueden presentar las nuevas tecnologías para los jóvenes.
En este caso particular, el smartphone podría representar un peligro significativo para su salud mental y bienestar. El psicólogo estadounidense Jonathan Haidt indica esto, cuyo reciente libro ha generado controversia.
En realidad, para identificar algunos de los problemas psicológicos de la sociedad actual, no hace falta jugar a ser futurólogo o adivino. Especialmente aquellos que afectan a los jóvenes. Es evidente que en comparación con épocas pasadas, algunos tipos de problemas mentales son mucho más comunes de lo que lo eran antes.
Cualquier psicólogo puede afirmar que cada vez más personas acuden a sus consultas con edades más tempranas. De hecho, no es infrecuente encontrar niños pequeños que experimentan ansiedad, depresión o incluso enfermedades más graves. Sin mencionar que, de manera irónica, cada vez más de ellos experimentan una sensación de soledad en medio de un mundo altamente interconectado.
La complejidad de la realidad ha llevado al psicólogo estadounidense Jonathan Haidt a indagar sobre el verdadero origen del problema. ¿Cuáles han sido los cambios que han llevado a la tradicional despreocupación y el desenfado de la niñez y la juventud a todo tipo de trastornos de salud mental? Él afirma que el teléfono inteligente es el culpable evidente.
En su recién publicado libro “La generación ansiosa”, lo explica de esta manera. “La generación ansiosa” ya es una declaración de intenciones completa en el título del trabajo, que compila los hallazgos de más de diez años de investigación. En vista de los datos, el psicólogo no duda de los efectos negativos de las nuevas tecnologías, las redes sociales y los smartphones.
Según Haidt, desde el año 2000, el acceso a Internet, el uso de teléfonos inteligentes y la rapidez de la información han tenido un impacto negativo en las nuevas generaciones de jóvenes, afectando negativamente su desarrollo social y su bienestar emocional. Sí, cree firmemente que son la fuente de muchas enfermedades mentales actuales.
¿Cuál es la posible solución? Según él, la situación no es complicada: no hay motivos para desacreditar la tecnología ni para obligar a los niños a adquirir un teléfono inteligente pronto. Sin embargo, sí es recomendable que el teléfono inteligente tenga acceso a Internet y a algunas aplicaciones. Lamentablemente, los efectos de esto se vuelven cada vez más evidentes.
