Hepatitis: causas, diagnóstico, prevención
La hepatitis es una inflamación del hígado que puede ser provocada por diversos factores, entre ellos infecciones virales, abuso de alcohol, medicamentos, toxinas y trastornos autoinmunitarios. Aunque la hepatitis generalmente afecta las funciones vitales del hígado, como la producción de bilis, el filtrado de toxinas y la regulación del metabolismo, las infecciones virales son las causas más comunes.
Tipos de Hepatitis Viral
Existen cinco tipos principales de hepatitis viral, cada uno causado por un virus diferente y con diferentes métodos de transmisión:
-Hepatitis A: Se transmite principalmente por el consumo de alimentos o agua contaminados con heces de una persona infectada. Es una enfermedad generalmente aguda y de corta duración. La vacuna es efectiva para prevenirla.
-Hepatitis B: Se transmite a través del contacto con fluidos corporales, como sangre o semen. Puede volverse crónica y causar cirrosis o cáncer de hígado. La vacuna está disponible para prevenirla.
-Hepatitis C: Principalmente transmitida por contacto con sangre infectada, como el uso compartido de agujas. En la mayoría de los casos, la hepatitis C se convierte en crónica y puede llevar a enfermedades hepáticas graves, incluida la cirrosis. Actualmente no existe una vacuna.
-Hepatitis D: Es rara y solo ocurre en personas que ya están infectadas con hepatitis B, ya que depende de este virus para replicarse. No existe un tratamiento antiviral específico, pero se puede prevenir con la vacuna contra la hepatitis B.
Hepatitis E: Se transmite principalmente a través de agua contaminada, especialmente en regiones con sistemas de saneamiento deficientes. Aunque generalmente se resuelve por sí sola, es especialmente peligrosa en mujeres embarazadas.
Síntomas y Diagnóstico
-La hepatitis puede desarrollarse sin síntomas evidentes, especialmente en su forma crónica. Cuando los síntomas aparecen, pueden incluir fatiga, fiebre, dolor abdominal, orina oscura, heces pálidas, pérdida de apetito, ictericia (color amarillento en la piel y ojos) y pérdida de peso inexplicada.
-El diagnóstico se basa en un examen físico, pruebas de función hepática, análisis de sangre y, en algunos casos, una biopsia hepática para evaluar el daño al hígado.
Tratamiento
-El tratamiento varía según el tipo de hepatitis:
-Hepatitis A: No requiere tratamiento específico, ya que generalmente se resuelve por sí sola. La vacuna previene la infección.
-Hepatitis B: En su forma crónica, se tratan con medicamentos antivirales, pero el tratamiento es a largo plazo y debe ser monitoreado regularmente. También existe una vacuna preventiva.
-Hepatitis C: El tratamiento se realiza con antivirales y, en casos graves, con un trasplante de hígado. No existe vacuna, pero los tratamientos actuales pueden curar la infección en muchos casos.
-Hepatitis D: No hay tratamiento antiviral específico, pero la hepatitis B se puede prevenir con la vacuna contra la hepatitis B.
-Hepatitis E: No existen terapias específicas. Se recomienda descanso y líquidos, pero las mujeres embarazadas requieren atención especial.
Prevención
La prevención de la hepatitis incluye buenas prácticas de higiene, como evitar el consumo de agua y alimentos contaminados, especialmente en áreas con saneamiento deficiente. Para prevenir la hepatitis B, C y D, es esencial evitar el contacto con sangre infectada, no compartir agujas ni objetos personales como rasuradoras y cepillos de dientes. Además, el uso de preservativos puede reducir el riesgo de transmisión sexual de hepatitis B y C.