CARTAPACIO: LOS SABORES DEL PODER
Por Raúl Ruiz/Kriptón.mx
Sheinbaum y los Cuatro Sabores del Mandato.
Los que me conocen de cerca, saben que tengo mis vicios. Y uno de ellos es el de comer bien.
Hoy haré un parangón entre el sabor gourmet y el poder.
A ver que les parece.
Saludos desde CJTOWN, donde el poder se sirve en cucharadas de semántica y se digiere con sarcasmo, demos por inaugurada la Primera Degustación Nacional de Poderes Presidenciales.
El menú de hoy: Claudia Sheinbaum, la científica devenida en chef de la gobernanza, nos ofrece un buffet de sabores que van del dulce al ácido, pasando por el amargo y el agridulce.
Acompáñenme en esta degustación tipológica.
Primer Plato: El Poder Dulce.
— Gelatina de Legitimidad con Miel de Morena.
Sheinbaum entra a la cocina con bata de laboratorio y receta de continuidad.
Su dulzura inicial se sirve en porciones de “primera presidenta”, “histórica victoria”, y “unidad nacional”.
El aplauso del comensal progresista endulza el paladar, aunque algunos notan que el azúcar viene del frasco de AMLO.
Tipología: La Heredera de la Miel. Endulza el discurso con ciencia y feminismo, pero el sabor recuerda al postre que ya servía el chef anterior.
Segundo Plato: El Poder Ácido — Ceviche de Decisiones con Limón de Centralismo.
Cuando la receta exige autonomía, Sheinbaum exprime el limón del nuevo presidencialismo.
La acidez aparece en la gestión de seguridad, donde el marinado de datos no elimina el olor a militarización.
El ceviche se sirve con cara seria y sin cebolla: no se permite llorar.
Tipología: La Química del Control.
Calcula cada gota de ácido para mantener la fórmula estable, aunque el sabor pique en la lengua de los estados.
Los que muerden el plato se van al corralito.
Tercer Plato: El Poder Amargo — Café de Gobernanza con Tueste de Expectativas.
El café se sirve en tazas de porcelana con logos de la 4T.
El aroma promete energía, pero el primer sorbo revela amargura: ¿dónde está la transformación sin AMLO? ¿Puede el café Sheinbaum despertar sin la cafeína del caudillo?
Algunos comensales piden azúcar, otros se resignan al insomnio institucional.
Tipología: La Barista del Silencio.
Sirve café con elegancia, pero el tueste lo hizo otro. Ella solo controla la espuma.
Pero en su segundo año, ella prepara el café.
Cuarto Plato: El Poder Agridulce — Mole de Futuro con Chiles de Realidad.
Aquí la chef se arriesga: mezcla cacao del Bienestar con chiles de gobernabilidad.
El resultado es complejo, profundo, contradictorio.
Pero efectivo.
El mole Sheinbaum tiene notas de transición, de ruptura contenida, de feminismo institucional.
El dulzor del cambio se enfrenta al picor de la continuidad.
Tipología: La Cocinera del Umbral. Sabe que el mole no se improvisa.
Lo cocina lento, con ingredientes que aún no revela.
Postre:
Algunos esperan soufflé, otros pastel, pero unos mastican esperanza, otros muerden desencanto.
Vienen nuevas recetas.
Los comensales, presienten sabores más fuertes.
En CJTOWN, la crítica se sirve con sal, no con odio.
Porque el poder, como la cocina, se juzga por el sabor… pero también por quién lo sirve y a quién alimenta.