CARTAPACIO: GRANIZADA DE PEDRUSCOS AZULES
Por Raúl Ruiz/Kriptón.mx
El tema de La Barredora ha generado una fractura interna en Morena, especialmente por los vínculos señalados entre una de las figuras más sólidas del partido y este grupo criminal en Tabasco.
Concretamente, el senador Adán Augusto López.
En medio de una crisis institucional, Adán Augusto enfrenta presiones internas tras revelarse que su exsecretario de Seguridad, Hernán Bermúdez, es el líder de La Barredora y anda a salto de mata.
El chicotazo le da en pleno rostro, no hay forma de salvarse, no puede negar el estrecho vínculo entre ambos, por más que desde la comodidad del fuero, declare que se pone a las órdenes de cualquier autoridad.
El propio, Adán Augusto, en 2023, decía que era imposible que Felipe Calderón no supiera las porquerías de Genaro García Luna. Y ahora se traga sus palabras.
Con él, se lleva arrastrando al foso de la vergüenza, a su team político, incluyendo su proyecto Chihuahua.
Andrea Chávez, senadora joven y ambiciosa, se convierte en el rostro de la defensa pública del movimiento, pero su cercanía con Adán y el uso de recursos no fiscalizados en su campaña médica la colocan en el centro del escrutinio.
La presidenta Sheinbaum exige transparencia, mientras el Senado se divide entre quienes cierran filas y quienes exigen una purga ética.
Estamos en un impasse en el que, Andrea debe decidir si rompe con su mentor político o lo defiende en nombre de la lealtad.
Todo parece indicar que se deslindará elegantemente de él, y con una deliciosa sonrisa de su rostro angelical, buscará por cuenta propia, la candidatura a la gubernatura de Chihuahua, apostándole a salir arriba de su contrincante interno, Cruz Pérez Cuéllar, en la encuesta oficial, de junio próximo.
Sin embargo, una granizada de pedruscos azules le irán cayendo, pues La Barredora será a los ojos de todos, el venero de su movilización pre electoral.
A menos que demuestre con mucha puntualidad, que la fuente de sus recursos, ha sido legítima y legal.
El incidente no es menor, y cada vez el escándalo los envuelve dramáticamente a los dos senadores; La Barredora no puede ocultarse bajo la alfombra como si fuera polvo acumulado en la semana.
Andrea está consciente que, su ascenso fue impulsado por esta red, y debe decidir si desmantela el sistema que la hizo poderosa o lo usa para redimirlo desde dentro.
Y se sacrifica por la causa.
El interior de Morena cruje, los cimientos comienzan a crepitar.
Un sismo oscilatorio de 7.5 en la escala de Richter mueve la estructura de la 4T y zarandea a la mismísima presidenta.
Parece que desde Washington descubrieron “La falla de don Andrés”.
Y utilizarán la técnica de perforación del fracking político para descomponer la retórica cuatroteísta de: “No mentir, no robar y no traicionar”.
El problema es tan álgido que los ortodoxos de la política, sugieren convencer a Adán Augusto, usar… EL PUGIO.
El PUGIO, era el puñal que usaban los legionarios romanos, pero también adquirió un fuerte simbolismo en contextos políticos y filosóficos.
¿Qué era el pugio?
• Un arma corta, de hoja ancha y resistente, ideal para apuñalar.
• Su diseño permitía un agarre firme, incluso en situaciones extremas.
• Aunque era parte del equipo militar, también se convirtió en un instrumento de suicidio “honorable” entre figuras como Séneca, Catón el Joven o Marco Antonio.
Más que un arma, un símbolo
• En la Roma imperial, el suicidio inducido era una forma de evitar la humillación pública y preservar la dignidad familiar.
• El pugio se convirtió en una especie de “llave de salida” para quienes eran acusados por el emperador o enfrentaban condenas inevitables.
• En algunos casos, el Senado incluso autorizaba el suicidio y proporcionaba veneno como alternativa.
¿Qué llave de salida podría tener el senador?
Porque el corifeo ese, de ¡No estás solo!, ¡No estás solo! es de corta duración.
Hay muchas jugadas todavía por hacer mientras Adán Augusto escoge su harakiri.
Hay escenarios estratégicos que podrían ayudar a preservar parte del prestigio simbólico heredado por Andrés Manuel López Obrador.
¿Qué puede hacer la presidenta para reivindicar la ética desde la narrativa fundacional?
Reforzar los principios originales del movimiento para marcar distancia con los actores implicados.
Ofrecerle a Adán Augusto una salida digna, EL PUGIO a la mexicana.
Luego…
Acción simbólica: Emitir un manifiesto desde las bases de Morena que reafirme los valores de justicia social, honestidad y no complicidad con el crimen organizado.
• Separación pública: Que figuras cercanas a AMLO, (incluyendo la presidenta) se pronuncien con firmeza contra cualquier vínculo del partido con La Barredora, incluso si eso implica deslindarse de aliados históricos.
• Reactivación del legado: Reposicionar el discurso de “no somos iguales” como una herramienta de depuración interna, recuperando el ethos del sexenio anterior sin justificar sus errores.
¿Qué otras cosas podría hacer?
• Transición estratégica hacia una nueva narrativa de seguridad.
• Reconstruir la política de seguridad sin negar el pasado, pero adaptándola al contexto actual.
• Cambio de paradigma: Reconocer que la estrategia de “abrazos, no balazos” tuvo límites, y que ahora se requiere una política más firme, como la que propone García Harfuch. (Sirve que lo posicionan como el héroe que puede suceder a Claudia Sheimbaum)
• Legado transformado: Presentar esta transición como una evolución natural del proyecto de AMLO, no como una traición.
Se puede argumentar que el nuevo enfoque busca proteger al pueblo desde otra trinchera.
¿Qué más?
• Diálogo con la ciudadanía: Convocar foros públicos donde se escuche a las víctimas de violencia y se construya una política de seguridad participativa, que recupere la confianza sin caer en la militarización excesiva.
Estos escenarios requieren una narrativa bien cuidada, donde el simbolismo de la transformación se pueda mantener vivo, pero sin negar los errores.
Es fácil decirlo desde la comodidad de esta poltrona.
Falta ver cómo se mueve el animal.
Para varios analistas, esto es sólo la punta del iceberg.
Voy por mis palomitas.