Historia y Respuesta: David Ojeda Alvarez, entre el recuerdo de su obra y sus talleres y la labor oscura de ser aliado a las mafias culturales potosinas

Por Miguel ángel Aguilar/Kriptón.mx
En estos días se ha escrito hasta la saciedad de las virtudes del escritor potosino David Ojeda Álvarez- a 7 años de su lamentable deceso- poniéndolo en el pedestal del Olimpo en donde los más escritores consagrados de toda la humanidad tienen en él la corona y la estrellita en la frente como si fuera digno merecedor de tan ilustres coordenadas que sus alumnos le dan.
¿Y yo me pregunto Quién no quiso a David Ojeda?
Pues tengo que decir que mucha gente no lo quiso, porque aquí en San Luis Potosí estuvo siempre Aliado a las grandes mafias culturales repartidoras de premios, becas y puestos culturales, siempre de mal humor, se ufanaba de haberse auto premiado en los famosos certámenes del 20 de noviembre, siendo que era Jurado en muchos de estos eventos, siempre fue Aliado y asesor de gobernadores en materia cultural, gobernadores que de la manera más desvergonzada se repartían cientos de millones de pesos en lugar de ser sensibles ante la gran desigualdad de un estado como el potosino, en donde cientos de miles de víctimas de enfermedades como la lepra, la sífilis, el cáncer, la diabetes y una gravísima desnutrición ,estaban frente a sus ojos.
Quizá ante sus ojos era lo de menos, aquí había tareas urgentes frente a cientos de escritores -es real el dato- realmente desprotegidos, sin seguridad, social, sumidos en enfermedades, encarcelamientos, drogas, redadas, desempleados, victimas de infamias y envidias.
Me explico: ante la creación de la UNION DE ESCRITORES DE SAN LUIS POTOSI en 1985 y con una plantilla en donde cabían los excluidos: escritores con tirajes enormes como Mariano Aguilar que a sus casi 90 años hacia tirajes de hasta 50 mil ejemplares de sus obras: ahí estaban los viejos y los nuevos, historiadores y ensayistas, novelistas y dramaturgos, poetas de toda laya, cuentistas y novelistas, prosistas y hacedores de leyendas y una gran gama de personajes desheredados cuyo y único objetivo era escribir y publicar.
La Unión vio los pormenores del reto: buscar la solidaridad, la ayuda social, la atención médica, así, hicimos una red del “cuidaos los unos a los otros” teniendo en nuestro haber doctores, dentistas, abogados, oculistas y gratis la atención y la medicina, solo a cambio de obra o lecturas en fiestas o velorios,. Etc.
Pronto los artistas plásticos y los músicos hicieron algo similar, pero no con esa gran contundencia y perdurabilidad como la nuestra.
Fundamos editoriales realmente independientes, organizamos encuentros nacionales de poetas callejeros, llegando hasta 300 escritores de todo el país y 11 periodistas nacionales, organizamos el 11 encuentro nacional de revistas culturales independientes y formales, llegando a nuestra ciudad cerca de 40 revistas de todo el país.
Ante esa creatividad, el rechazo seguía siendo constante de parte de la mafia enquistada en la secretaria de cultura, la cual luchamos con mucho empeño por su creación.
Nunca anhelamos puestos ni premios ni cargos, solo que la población supiera que hacíamos festivales mensuales de los independientes en donde una gran bulla de creadores mes a mes hacíamos verdaderos mítines culturales de altísima calidad.
En tanto, se sabía de las ínfulas del señor Ojeda llegando a simposios o talleres itinerantes a reprobar a todo mundo y eso era bueno, pues la unanimidad siempre es muy sospechosa.
El maestro Donoso nos decía: es natural que los escritores hagan sus grupos y se confinen en sus ideales, avalando que Ojeda tuviera su estilo realmente ingobernable.
Yo en lo personal quise y admiré a David Ojeda durante muchos años a pesar de las diferencias, Pues él me seguía publicando en algunas de sus medios, revistas y divulgaciones y no le queremos quitar ningún mérito, pues Dios ya lo conceptuó y nosotros no somos nadie para ponerlo en descrédito, simplemente a poner en el renglón torcido de la literatura y la promoción literaria de los potosinos y los mexicanos, que él fue un Aliado eterno de las instituciones culturales que tenían una miopía para extender la literatura en las colonias, en los barrios, sindicatos, ejidos y no solamente en el club de me les y te leo, y no solamente en los tirajes absurdos de 500 ejemplares en una ciudad y en un país de analfabetos, y no solo la tertulia donde la bohemia y el auto elogio eran sinónimo de ser amigos.
Y se le cree su gran capacidad pedagógica que tuvo para impulsar e ilustrar a nuevos escritores que ahora ya son consagrados, sobre todo en la zona de Ciudad Juárez, Zacatecas y Aguascalientes, pero se insiste: el finado David Ojeda Álvarez era un Aliado constante de las tropelías de la secretaría de cultura y de la mafia rampante, campante ,que Félix agasajare, al tronar de un dedo, le daba premios a obras de pésima calidad y poetas que se daban las ínfulas de ser merecedores del premio Nobel de literatura.
Don Félix, ya en completo desahucie con Alzheimer y demencia senil, le dio la estafeta al señor Ojeda y el organizaba a jurados y premiaba a su gusto a una horda de escritores como Héctor Esquer, Mario Alonso, Octavio Cesar y un gran etcétera.
Lo mas infame es que a la esposa española de Nacho Betancourt, Ana Coloma, le advertimos: en 6 meses vas a ganar 3 premios de literatura, ya verás. Y ella me dijo: fuiste profeta, cuando todos sabíamos que la mano ojediana tenía que ver.
Y vean su obra: poemas de una minúscula calidad, obscenos, recatados, simplones, como la mayoría de los demás poetas y poetisas afines al círculo sagrado del ojedismo.
Que dios nos lo siga cuidando.
Que sus alumnos y simpatizantes lo sigan queriendo pues refrendan su calidad, su afán de escribir y publicar, aunque los resultados siguen encerrados en pequeños círculos en un país de 126 millones de habitantes que los ignora o desconocen por completo.