La organización no gubernamental Cage, conocida por su defensa de los detenidos en Guantánamo, logró provocar la ira de los británicos al culpar a las fuerzas de seguridad de haber provocado la radicalización de «John el yihadista».
Creada en 2004 y dirigida desde 2005 por un ex preso de Guantánamo, Moazzam Begg, Cage denuncia la vulneración de los derechos y las detenciones extrajudiciales en el marco de la «guerra contra el terrorismo» de los países occidentales, principalmente contra jóvenes musulmanes.
Pero sus detractores, con los tabloides británicos a la cabeza, la acusan de complacencia con la conducta de algunas de las personas que defiende.
Entre ellas figuran Omar Bakri, un predicador islamista, encarcelado en Líbano; Djamel Beghal, figura del islamismo francés vinculado a los hermanos Kouachi, autores del atentado contra la revista Charlie Hebdo, o Michael Adebolajo, uno de los dos asesinos del soldado británico Lee Rigby, prácticamente decapitado a la luz del día en una calle de Londres en mayo de 2013, y, sobre todo, Mohamed Emwazi, presentado por medios y expertos como «John el yihadista», el hombre de negro que ha aparecido en los videos de asesinatos del grupo sunita ultrarrdical Estado Islámico (EI) cortando cabezas de periodistas o cooperantes de diversos países.
Emwazi, que se fue a Siria en 2012, fue apodado «John el yihadista» en alusión a John Lennon, por su acento inglés.
Cage causó indignación al afirmar que Emwazi era un «un joven hermoso» y «amable» —palabras de Asim Qureshi, uno de sus responsables—, que se convirtió en lo que es hoy por culpa de la presión de los servicios de seguridad, después de haber tratado de viajar a Somalia para sumarse a las milicias fundamentalistas del grupo Al Shabab.
Emwazi, nacido en Kuwait y criado en Londres, fue interceptado en Tanzania —según él iba a un safari— y volvió a Londres, donde los servicios secretos empezaron a acosarlo, según Cage, tratando de convertirlo en confidente y haciéndole saber que era vigilado. Finalmente, en 2012 logró viajar a Siria para sumarse al EI.
«Tenemos hoy la prueba de que varios jóvenes británicos vieron sus vidas arruinadas por los servicios de seguridad», dijo Qureshi.
Apología del terrorismo o libertad de expresión
Las declaraciones de Qureshi fueron tildadas de «condenables» por el gobierno de Londres, de «completamente falsas» por un ex responsable de los servicios secretos del MI6 y de «apología del terrorismo» por el alcalde de Londres, Boris Johnson, una figura del Partido Conservador en el poder.
«Al parecer, ser devuelto a casa de uno de esos viajes e interrogado por los servicios secretos dejó a Emwazi sin más opción que sumarse al EI y decapitar a siete personas inocentes», ironizó el periodista Andrew Gilligan en el Sunday Telegraph, y aseguró que Cage es un «lobby terrorista».
Begg dijo que usa su experiencia de ex preso para lograr el reconocimiento de los abusos que sufren los musulmanes en el mundo.