Historia y Respuesta: Eduardo Martínez Benavente, la probada circunstancia

Por Miguel Ángel Aguilar/Kriptón.mx
Siempre polémico, inmiscuido en las lides políticas de la izquierda, admirado por la derecha o refutado por los ultras, el Notario Público cuya notaría es históricamente la número 1 del estado de San Luis Potosí es considerado como un analista serio, un abogado persistente, un luchador social con buenísimos lazos y un ente emblemático de la participación social como analista, como funcionario temporal, no exento de escándalos y quizás hasta reveses.
De fama nacional e internacional, el Lic. Eduardo, conocido popularmente como “el guacho” continúa con su exposición de lo que acontece en la vida política y social de los potosinos, antes pasaron mil experiencias por su haber y las probadas circunstancias donde invirtió tiempo y recursos para empresas editoriales, hacerse presente en la refundación de partidos o candidaturas, siempre como un referente de la histórica lucha navista que venida a menos se convirtió en leyenda o en una justificación, un expediente abierto, un bulto en las perspectivas penosas de sacar de la pobreza a millones de potosinos.
Yo lo conocí un poco mas de cerca en 1989 cuando fundó la revista EXPRESIONES y en donde numerosos periodistas desempleados o expulsados de otros medios entramos con el pie derecho y bajo la talentosa dirección del periodista y escritor potosino Alejandro Martínez, egresado de la escuela de periodismo Carlos Septién, ex director de relaciones públicas del locutor Raúl Velasco, que le valió viajar por el mundo y relacionarse con vehemencia en el mundo del espectáculo y la política, y con nosotros ser audaz, valiente, decidido y generoso.
Con el y bajo la mirada atenta del Notario, la revista fue refugio de los reporteros Samuel Bonilla, Juan Pablo Moreno, Alejandro Rubín de Celis, Victoriano Guzmán -con quien después entablo al paso de los años una mesa de análisis de alta profundidad- de ahí salió la recién egresada de la escuela de Ciencias de la Comunicación, Adriana Ochoa, ahora una de las mas destacadas en su ramo en la dirección y análisis editorial de alto rango, en fin que estábamos ahí y bien pagados haciendo infinidad de reportajes, entrevistas, crónicas y denuncias, lo que nos valió la eterna enemistad, por ejemplo con el potosino Carlos Jiménez Macias , acusado junto a sus hermanos de ser prestamistas voraces por lo que pronto sus incondicionales le avisaron y nos cerraron todas las puertas posibles.
Fuera máscaras, siempre hemos estado del lado de los mas jodidos, el periodismo potosino no sale de su atraso, la mayoría de mis compañeros murieron en la peor de las miserias y las enfermedades, o asesinados los compañeros de la sección policiaca o asediados por infinidad de peligros y la eterna escasez, como estigma de los antiguos periodistas como Juan Sarabia o el mismísimo Ponciano Arriaga y sus arengas de las condiciones precarias de la salud publica de los potosinos, los mas desarrapados, los chinacates mal vestidos y con frio, roña, enfermedades.
Eduardo Martínez Benavente fue en muchas ocasiones sensible con esa precariedad del gremio de periodistas y que al ser del mismo pueblo en sus condiciones del atraso económico y la de pauperización y la ignominia, el experimento duró un breve lapso del tiempo en la gigantesca pila de abandonos por los que hemos sobreseído el valor, la fama, el honor y la dignidad de la tarea periodística, su escuela generosa, su sorpresa y su complicidad con el drama del pueblo mexicano y sus estados nacionales donde se avino el crimen organizado, la noche negra de los gobiernos y estados fallidos controlados por narcos, oligarcas y la derecha internacional aviesa y cobardona.
Hoy en día nuestro notario sigue ahí sobreponiéndose a las circunstancias de la vida y de la edad, los que lo conocemos le enviamos la cordialidad y el reconocimiento, el abrazo sincero cubierto de parabienes para su recuperación y su viveza, que siga siendo ese referente inigualable de combatividad, de localizar para siempre la alternancia que saque del atraso cuatro veces centenario el drama de los 2 millones de potosinos sumidos en la violencia, la pobreza, las enfermedades y el infortunio.
Salud Notario, oración y regocijo, los mundanales siguen ahí y nosotros caminamos con la frente erguida porque traemos hasta el cuello la vergüenza.

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