Además de tener que soportar esa horrible estatua que no se a quién se le habrá ocurrido la idea, los potosinos que tenemos que acudir a realizar algún trámite a los edificios de la Procuraduría General de Justicia del Estado o de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal, o los mismos vecinos y comerciantes de la zona, tenemos que taparnos la nariz al cruzar por el callejón que divide estos dos edificios, pues se ha convertido en un baño público, además de que por las noches, ante la falta de alumbrado público, es una verdadera boca de lobo.
